Oh Santos Ángeles
Celestes, purísimos y sabios,
cuya inteligencia
refleja la luz Divina,
y cuya voluntad
trae hacia nosotros las Divinas bondades;
abogados poderosos ante la adorable Providencia de Dios,
que con amorosa dedicación y gran fidelidad
le presentáis nuestras
buenas obras y deseos
y suavizáis nuestros fallos, olvidos y defectos.
Seguir leyendo
Seguir leyendo