Soberana Virgen del Carmen, regalo de Dios a los hombres,
oh dulce, dulcísima María, amantísima Madre mía,
comprensiva Señora que nos envuelves en tu amor
y alejas de nosotros todo lo que nos hace padecer,
te ruego escuches mis humildes y sinceras suplicas
que hoy te hago fervorosamente y con el corazón en la mano
y, por tu poderosa mediación y compasiva asistencia,
haz que ....... (tu nombre o el de la persona enferma)
recupere cuanto antes la salud y deje de sentir dolor.