Las oraciones, junto a los Himnos y rezos se hacen con mucha fe durante tres días seguidos, y se pide cada día con gran fervor a la Virgen de la Asunción sea misericordiosa y nos conceda su ayuda para solucionar cuanto antes nuestros problemas y necesidades que Ella, por difícil que sean, nos dará siempre su maternal auxilio y hará que Dios reciba nuestras peticiones.
Oh María, Virgen Inmaculada plena de gracia,
muéstrate a nosotros, dulce Reina,
Madre de todos los pueblos, ruega por nosotros,
ven a nosotros, amorosa y tierna Señora,
y, desde los Cielos, donde fuiste elevada por Dios,
guíanos, protégenos, cuídanos y ampáranos.
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Virgen María, llena nuestras vidas de salud, paz y bienestar,
y ya que eres poderosa abogada del que implora tu favor,
recíbenos con cariño en tus dulces brazos
y guárdanos con amor en tu amoroso Corazón.
Ya ves que a tus pies llegamos con afecto e ilusión
implorando nos cubras con tu manto de amor, danos serenidad, llena nuestros corazones de paz
y aleja de nosotros todo temor, incertidumbre y dolor.
Madre Santísima, acerca mis suplicas al Señor,
pide al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
me ayuden en mis aflicciones, en mis angustias y penas,
que me den cuanto antes los medios necesarios
para salir de tan difícil y desesperada situación
y me concedan lo que pido por tu poderosa mediación:
(pedir con inmensa fe y esperanza lo que se desea obtener).
Virgen Madre del Señor, Madre amorosa mía,
desde el sitio de honor que ocupas en las Alturas,
recoge mis humildes y sinceras peticiones
y con tu habitual bondad ruega sean escuchadas,
consigue que sean atendidas favorablemente
pues sabes que lo necesito cuanto antes en mi vida.
Te amo y venero Señora bendita, Virgen Asunta a los Cielos,
en tus manos deposito mi vida y en ellas dejo mis deseos,
Tú que nunca dejas sin respuesta a quien a Ti acude,
torna mi tristezas en alegrías y mis llantos en sonrisas.
Gracias Virgen pura e Inmaculada
por estar a mi lado noche y día y darme tu amparo.
Amén.
Rezar siete Avemarías, Padrenuestro y Gloria.
HIMNOS A LA VIRGEN DE LA ASUNCIÓN
Hoy sube al cielo María,
que Cristo, en honra del suelo,
traslada la casa al Cielo, donde en la tierra vivía.
Levantad al cielo el vuelo, de Dios lo fuisteis, y Dios,
por no estar en él sin vos, traslada la casa al cielo.
Amor con divino modo os trasplanta, bella flor,
y, porque prendáis mejor, os llevan con tierra y todo.
A su Hija abraza el Padre, a su Madre, el Redentor,
y a su Esposa coronada el Espíritu de Amor.
Amén.
Te amo y venero Señora bendita, Virgen Asunta a los Cielos,
en tus manos deposito mi vida y en ellas dejo mis deseos,
Tú que nunca dejas sin respuesta a quien a Ti acude,
torna mi tristezas en alegrías y mis llantos en sonrisas.
Gracias Virgen pura e Inmaculada
por estar a mi lado noche y día y darme tu amparo.
Amén.
Rezar siete Avemarías, Padrenuestro y Gloria.
HIMNOS A LA VIRGEN DE LA ASUNCIÓN
Hoy sube al cielo María,
que Cristo, en honra del suelo,
traslada la casa al Cielo, donde en la tierra vivía.
Levantad al cielo el vuelo, de Dios lo fuisteis, y Dios,
por no estar en él sin vos, traslada la casa al cielo.
Amor con divino modo os trasplanta, bella flor,
y, porque prendáis mejor, os llevan con tierra y todo.
A su Hija abraza el Padre, a su Madre, el Redentor,
y a su Esposa coronada el Espíritu de Amor.
Amén.
Al cielo vais, Señora y allá os reciben con alegre canto.
¡Oh quién pudiera ahora asirse a vuestro manto
para subir con vos al Monte Santo!
Por Ángeles sois llevada,
de quien servida sois desde la cuna
y de estrellas coronada:
¡tal Reina habrá ninguna,
pues os calza los pies la blanca luna!
Volved los blancos ojos, ave preciosa, sola humilde y nueva,
a este valle de abrojos que tales flores lleva,
donde suspirando están los hijos de Eva.
Que, si con clara vista
miráis las tristes almas desde el suelo,
con propiedad no vista la subiréis de un vuelo,
como piedra de imán al cielo, al cielo.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Amén.
OREMOS A DIOS PADRE ETERNO
Dios todopoderoso y eterno,
Padre de amor, de bondad y comprensión,
que nos colmas cada día con tus bendiciones,
Tú que has elevado en cuerpo y alma a los Cielos
a la Inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo,
haz que nosotros, ya desde este mundo,
tengamos todo nuestro ser totalmente orientado hacia el Cielo,
para que podamos llegar a participar de su misma Gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén. +
Rezar un Avemaría, Padrenuestro y Gloria.
Repetir todo durante tres días seguidos.
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