"Oh Tú,
completamente casta,
totalmente buena y
misericordiosísima Señora,
auxilio de los
cristianos,
el más seguro
refugio de los pecadores,
el más ardiente
alivio de los afligidos:
no nos dejes como
huérfanos privados de tu socorro.
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¿En quién nos
ampararemos si somos abandonados lejos de ti?
¿Qué sería de
nosotros, Santa Madre de Dios,
que eres aliento y
espíritu de los cristianos?
Así como la
respiración es señal cierta
de que nuestro
cuerpo posee la vida,
así también tu
Santísimo Nombre,
incesantemente
pronunciado por la boca de tus siervos
en todo tiempo y
lugar,
es no sólo signo,
sino causa de vida,
de alegría y de
auxilio para nosotros.
Protégenos bajo las alas de tu bondad,
Protégenos bajo las alas de tu bondad,
auxílianos con tu
intercesión,
alcánzanos la vida
eterna,
Tú que eres la
Esperanza de los cristianos,
esperanza nunca
frustrada.
Nosotros somos pobres en las obras
Nosotros somos pobres en las obras
y en los modos
divinos de actuar;
pero, al
contemplar las riquezas de benignidad
que Tú nos
muestras,
podemos decir:
la misericordia
del Señor llena toda la tierra (Sal 32, 5).
Estando lejos de Dios por la multitud de nuestros pecados,
Estando lejos de Dios por la multitud de nuestros pecados,
por medio de ti le hemos buscado;
y, al encontrarle,
hemos sido salvados.
Poderoso es tu auxilio para alcanzar la salvación,
Poderoso es tu auxilio para alcanzar la salvación,
oh Madre de Dios;
tan grande que no
hay necesidad de otro intercesor
cerca del Señor.
A ti acude ahora tu pueblo, tu herencia, tus fieles,
A ti acude ahora tu pueblo, tu herencia, tus fieles,
que se honra con
el nombre de cristiano,
porque conocemos y
tenemos experiencia
de que recurriendo
insistentemente a ti en los peligros,
recibimos
abundante respuesta a nuestras peticiones.
Tu magnificencia, en efecto, no tiene límites;
Tu magnificencia, en efecto, no tiene límites;
tu socorro es
inagotable;
no tienen número
tus dones.
Tú, diariamente, extendiendo tu mano auxiliadora,
Tú, diariamente, extendiendo tu mano auxiliadora,
sacas de las olas
a quienes han caído
en el abismo de
sus pecados.
La sola invocación de tu nombre ahuyenta y rechaza
La sola invocación de tu nombre ahuyenta y rechaza
al malvado enemigo
de tus siervos,
y guarda a éstos
seguros y salvos.
Libras de toda necesidad y tentación a los que te invocan,
Libras de toda necesidad y tentación a los que te invocan,
previniéndoles a tiempo contra
ellas.
Por esto acudimos
diligentemente a tu Templo.
Cuando estamos en
él,
parece como si nos
encontrásemos en el mismo Cielo.
Cuando te
alabamos,
tenemos la
impresión de estar cantando a coro con los ángeles…
¿Quién se fue con
las manos vacías,
sin conseguir lo que
imploraba,
después de haberse
arrodillado fervorosamente ante ti?
¿Quién,
contemplando tu imagen,
no se olvidó
inmediatamente de sus penas?...
Por esto recurrimos a ti,
oh purísima y dignísima de toda alabanza
y de todo obsequio…
Por esta razón,
el afligido se
refugia en ti,
el que ha sufrido
la injusticia acude a ti,
el que está lleno
de males invoca tu asistencia.
Todo lo tuyo,
Madre de Dios,
es maravilloso,
todo es más
grande,
todo sobrepasa
nuestra razón y nuestro poder…
Tu protección está
por encima de toda inteligencia …
Oh Madre de Dios: libra a cuantos te alaban,
da redención a los cautivos
y sé refugio para el peregrino
y consuelo para el desamparado.
Extiende, por fin, a todo el orbe tu mano Auxiliadora,
para que, así como celebramos con alegría tus festividades,
celebremos también todas las demás
que te dedicamos en Cristo Jesús,
celebremos también todas las demás
que te dedicamos en Cristo Jesús,
Rey de todas las cosas y verdadero Dios nuestro,
a quien sea la gloria y la fortaleza,
junto con el Padre Eterno, que es principio de la vida,
y con el Espíritu coeterno, consubstancial,
y que reina con los dos,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos."
Amén.
Amén.
Oración extraída de una composición de
san German,Patriarca de Constantinopla (635-733).
Insigne por sus virtudes y su doctrina.
Escritor y teólogo que compuso diferentes obras y cantos
y dedicó preciosos sermones a la Virgen María Auxiliadora.
OREMOS
A ti acudo Virgen Santísima Auxiliadora con esperanza,
a ti llego con el corazón cansado de sufrir
buscando la ayuda que tanto preciso,
haz Señora que por medio de tus oraciones,
buscando la ayuda que tanto preciso,
haz Señora que por medio de tus oraciones,
que tanto pueden con el Señor,
sean aliviadas mis penas y reciba auxilio en:
(pedir lo que que se quiere conseguir
confiando plenamente en la mediación de María Santísima).
Virgen Santa, Virgen Milagrosa, Divina intercesora,
alcánzame este especial favor, ruega por mi Señora amada,
cúbreme con tu manto de protección,
haz que el Señor no aparte su rostro de mi
pese a mis faltas cometidas,
pídele perdón y misericordia,
pídele derrame grandes bendiciones en mi vida
para gloria suya y salvación de mi alma,
y haz Virgen Auxiliadora que mi fe sea fuerte,
sea firme, valiente y generosa,
y sobre todas las cosas, Madre y Reina mía,
enséñeme a amar a Dios y a mis hermanos como tu lo hiciste.
Así sea. +
Ahora reza devotamente la Salve, un Padrenuestro y un Gloria.
La oración y los rezos se hacen tres días seguidos.
confiando plenamente en la mediación de María Santísima).
Virgen Santa, Virgen Milagrosa, Divina intercesora,
alcánzame este especial favor, ruega por mi Señora amada,
cúbreme con tu manto de protección,
haz que el Señor no aparte su rostro de mi
pese a mis faltas cometidas,
pídele perdón y misericordia,
pídele derrame grandes bendiciones en mi vida
para gloria suya y salvación de mi alma,
y haz Virgen Auxiliadora que mi fe sea fuerte,
sea firme, valiente y generosa,
y sobre todas las cosas, Madre y Reina mía,
enséñeme a amar a Dios y a mis hermanos como tu lo hiciste.
Así sea. +
Ahora reza devotamente la Salve, un Padrenuestro y un Gloria.
La oración y los rezos se hacen tres días seguidos.
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