"Virgen Santísima Inmaculada y Madre mía María,
a Vos, que sois la Madre de mi Señor,
la Reina del mundo, la abogada, la esperanza,
el refugio de los pecadores,
acudo en este día yo,
que soy el más miserable de todos.
y os doy las gracias por todos los favores
que hasta ahora me habéis hecho,
especialmente por haberme librado del infierno,
que tantas veces he merecido.
Os amo, Señora amabilísima,
y por el amor que os tengo
prometo serviros siempre y hacer cuanto pueda
para que también seáis amada de los demás.
Pongo en vuestras manos toda mi esperanza,
toda mi salvación;
admitidme por siervo vuestro,
y acogedme bajo vuestro manto,
Vos, ¡oh Madre de misericordia!
Y ya que sois tan poderosa ante Dios,
libradme de todas las tentaciones
o bien alcanzadme fuerzas para vencerlas hasta la muerte.
Os pido un verdadero amor a Jesucristo.
Espero de vos tener una buena muerte;
Madre mía, por el amor que tenéis a Dios
os ruego que siempre me ayudéis,
pero más en el último instante de mi vida.
No me dejéis hasta que me veáis salvo en el cielo
para bendeciros y cantar vuestras misericordias
por toda la eternidad." Así lo espero.
Amén. +
"María es el tesoro de Dios,
y la tesorera de todas las misericordias
que El nos quiere dispensar."
que El nos quiere dispensar."
Pedir lo que se quiere obtener por intercesión
de la Santísima Virgen María.
Rezar la Salve, tres Avemarías y Gloria.
Hacer con fervor y durante tres días la oración y los rezos.
de la Santísima Virgen María.
Rezar la Salve, tres Avemarías y Gloria.
Hacer con fervor y durante tres días la oración y los rezos.
Oración escrita por san Alfonso María de Ligorio.
Doctor de la Iglesia (1696 – 1787).
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