Señor Santiago,
gloriosísimo apóstol de Jesucristo,
que, por tu confianza en El, de humilde pescador pasaste a ser
uno de los Doce elegidos para seguir en sus Caminos al Señor
uno de los Doce elegidos para seguir en sus Caminos al Señor
y brillaste con singular energía, fortaleza y firmeza,
difundiendo su Evangelio, aun al precio de tu propia vida:
dame tu auxilio y
alivio cuando me asolen las pruebas
y el infortunio y
la indefensión me agobien y atormenten,
en tus manos pongo mi vida, mi fe, mi esperanza y todo mi ser,
nunca me abandones, nunca me dejes y ruega por mí al Señor.
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en tus manos pongo mi vida, mi fe, mi esperanza y todo mi ser,
nunca me abandones, nunca me dejes y ruega por mí al Señor.
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Santiago el Mayor, abogado y protector poderoso
guardián y benefactor de los hombres,
padre de infinitos santos y mártires,
terror de los demonios, espanto de nuestros enemigos
a quien debemos,
después de Dios, la fe que profesamos
a tu amparo, defensa
y protección me acojo.
Fiel y entregado Apóstol del Verbo Eterno
Fiel y entregado Apóstol del Verbo Eterno
a quien debemos
tantos beneficios y socorros
tanto en lo material,
como en lo espiritual,
y no me aparte jamás de la senda de Paz, Justicia y Verdad.
Humildemente te doy las gracias por ser caritativo con nosotros
haz que adorando de corazón a nuestro Señor Jesús,
venere a la Santa Virgen, que es su Madre y no me aparte jamás de la senda de Paz, Justicia y Verdad.
Humildemente te doy las gracias por ser caritativo con nosotros
y te suplico me
alcances de Dios Todopoderoso
las bienaventuranzas del Cielo así como sus favores.
Que la cruz de Jerusalén me cubra, me proteja y me defienda
Que la cruz de Jerusalén me cubra, me proteja y me defienda
y ablande los
corazones de los que me quieren hacer mal.
Por los méritos que el Señor amablemente te concedió,
Por los méritos que el Señor amablemente te concedió,
intercede para que
sean alejadas de mi lado
las personas
envidiosas, malas y dañinas,
con toda mi fe puesta en tu eficaz valimiento, te pido:
que si a traición
combaten contra mí los enemigos,
con tu valeroso brazo
me defiendas del mal,
y con el filo de tu
espada invicta
cortes toda magia, brujería
o hechicería hecha contra mí.
Señor Santiago, con tu poderoso
escudo aparta de mí males y peligros,
haz que salga
victorioso-a de adversidades, maldades y obstáculos
y que mis caminos se
encuentren abiertos, claros y despejados
para que nada impida
mi éxito, progreso y bienestar.
En ti santo amado confío, pues nunca dejas que suframos,
hoy te pido estés a mi lado y seas mi mediador en las Alturas,
y por el parentesco que te une a Jesús, por lo que le amaste,
por favor, hazle llegar esta petición que con humildad hago:
(decir el problema y lo que se desea conseguir).
En ti santo amado confío, pues nunca dejas que suframos,
hoy te pido estés a mi lado y seas mi mediador en las Alturas,
y por el parentesco que te une a Jesús, por lo que le amaste,
por favor, hazle llegar esta petición que con humildad hago:
(decir el problema y lo que se desea conseguir).
Mi patrón Santiago, glorioso y bienaventurado Apóstol del Señor,
tú que velas y estás al lado de quien a ti acude,
tú que eres refugio seguro y nos das victoria ante todo mal,
ante toda injusticia, malicia, peligro o adversario,
tú que velas y estás al lado de quien a ti acude,
tú que eres refugio seguro y nos das victoria ante todo mal,
ante toda injusticia, malicia, peligro o adversario,
concédeme tu poderoso auxilio, tu eficaz amparo y protección,
haz que en breve vea cumplido lo que he solicitado
haz que en breve vea cumplido lo que he solicitado
y ayúdame a usar toda mi
energía, fuerza, tesón y habilidad
para la dicha de todos
y la gloria de su Nombre,
para que haciendo el bien,
como tú lo hiciste, e imitándote,
consiga el premio que tu alcanzaste
consiga el premio que tu alcanzaste
y pueda sentarme un día
junto ti
y gozar de tu compañía en
la Gloria Eterna.
Así sea. +
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
Así sea. +
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
La oración y los rezos deben hacerse con gran fe y confianza durante tres días seguidos, o más si se considera necesario.
Se puede quemar incienso y encender una vela blanca cualquiera de los tres días.
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