Virgen de los Desamparados,
preciosa hermosura de los Ángeles,
preciosa hermosura de los Ángeles,
de los Profetas y de los Patriarcas,
corona de las vírgenes,
Madre del Verbo y nuestra querida Madre del Cielo,
Madre del Verbo y nuestra querida Madre del Cielo,
ruega por los que con confianza y fe acudimos a Ti,
no nos desampares,
no consientas que desfallezcamos en el camino
no dejes que las dificultades nos abatan,
líbranos de las tristezas presentes,
dulce intercesora, por tu inmensa y ardiente caridad,
danos tu amor, danos tu auxilio y bendición.
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no nos desampares,
no consientas que desfallezcamos en el camino
no dejes que las dificultades nos abatan,
líbranos de las tristezas presentes,
dulce intercesora, por tu inmensa y ardiente caridad,
danos tu amor, danos tu auxilio y bendición.
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Santísima Madre,
por siempre seas alabada y bendita.
Santísima Virgen de los Desamparados:
Santísima Virgen de los Desamparados:
en Ti buscamos amparo quienes nos sentimos solos.
En Ti buscamos consuelo los que estamos afligidos.
En Ti buscamos abrigo
quienes tenemos nuestras almas desnudas.
En Ti buscamos dulzura
quienes hemos vivido, o vivimos, momentos amargos.
En Ti buscamos protección y cura
quienes hemos caído o fuimos golpeados.
En Ti buscamos ayuda
quienes estamos agobiados por las carencias y miserias.
En Ti buscamos luz
quienes estamos rodeados por las tinieblas de la duda.
En Ti buscamos perdón
quienes nos hemos equivocado.
En Ti buscamos la estrella que nos guíe
quienes caminamos por esta vida.
En Ti todos buscamos amor
y en Ti todos encontramos amor.
Santísima Virgen, Madre de los Desamparados,
en Ti confiamos.
Ruega por este pecador a tu bondadoso Hijo,
pide por todos nosotros a tu bien amado y bendito Hijo,
media para que nos conceda su Misericordia
y atienda nuestra urgentes y graves necesidades
que con humildad y esperanza hoy le presentamos:
(pedir con esperanza lo que se necesita conseguir).
Madre de los Desamparados, ruega por nosotros,
danos desde el Cielo tu maternal bendición
y ayúdanos en nuestras dificultades y problemas;
guíanos con tu mano benefactora al paraíso eterno,
en donde reinas y vives para siempre
y allí te alabaremos eternamente.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
Amén. +
Rezar la Salve, tres Avemarías y Gloria.
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