Excelsa Reina del
cielo, Señora de los Ángeles,
tuyo fue el sacro
privilegio de ser Madre del Salvador,
nos encontramos
aquí en tu presencia para contemplarte,
admirarte y
manifestarte nuestro amor
y nuestro
propósito de ser discípulos aprovechados tuyos
en el seguimiento
de tu amadísimo hijo Jesucristo.
Virgen de las
vírgenes, Madre de bondad,
Tú que eres y
siempre serás nuestro amor y nuestra esperanza
envía tus
Ejércitos Celestiales, a tus Santos Ángeles,
que son los mensajeros
de Dios,
poderosos
ejecutores de sus órdenes,
y prontos a la voz
de su Palabra,
para que me den su ayuda misteriosa y poderosa