"Ángel Santo, amado de Dios,
que después de haberme tomado,
por disposición divina,
bajo tu bienaventurada guarda,
jamás cesas de defenderme,
de iluminarme y de dirigirme:
yo te venero como a protector,
te amo como a custodio;
me someto a tu dirección
y me entrego todo a ti,
y por amor a Jesucristo te suplico,
que cuando sea ingrato para ti
y obstinadamente sordo a tus inspiraciones,
no quieras, a pesar de esto, abandonarme.
Antes al contrario,
Antes al contrario,
ponme pronto en el recto camino,
si me he desviado de él,
enséñame, si soy ignorante;
levántame, si he caído;
sostenme, si estoy en peligro
y condúceme al cielo
para poseer en él una felicidad eterna".
Amén. +
San Juan Berchmans (Bélgica 1599- Italia 1621).
Especificar la petición y rezar el Credo y la Salve.
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