Insigne y glorioso profeta san Elías
testigo del Dios vivo y trasparente,
inflamado por el celo de la gloria del Señor
que luchaste en defensa del Dios único y verdadero;
perfecto en la pureza, rico en virtudes
y pobrísimo en bienes terrenos,
enemigo del diablo y amigo de los buenos,
valiente defensor de la justicia y la verdad
y heraldo de la sagrada Virgen María,
danos tu santo auxilio y refugio para luchar contra el mal.
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Poderosísimo san Elías del Monte Carmelo,
testigo del Dios vivo y trasparente,
inflamado por el celo de la gloria del Señor
que luchaste en defensa del Dios único y verdadero;
perfecto en la pureza, rico en virtudes
y pobrísimo en bienes terrenos,
enemigo del diablo y amigo de los buenos,
valiente defensor de la justicia y la verdad
y heraldo de la sagrada Virgen María,
danos tu santo auxilio y refugio para luchar contra el mal.
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Poderosísimo san Elías del Monte Carmelo,
varón predilecto del Omnipotente;
guía de los mortales que nos encontramos sin camino,
y poderoso protector de cuerpos y almas.
En esta tierra, orante ante ti,
y poderoso protector de cuerpos y almas.
En esta tierra, orante ante ti,
te suplico que me ayudes
a sacar de mi hogar los malos espíritus
que se hayan alojados en él,
ya sean enviados,
o que naturalmente se hayan posesionado de él.
Te suplico también san Elías,
que así como venciste al enemigo
que trató de hacerte daño,
con tu socorro y protección,
pueda yo alejar, dominar y vencer a los enemigos,
a todo aquel que con malas artes y argucias
nos quieran perjudicar a mi o a mi familia.
nos quieran perjudicar a mi o a mi familia.
Préstame tu espada
para destruir con ella todas las magias,
maleficios, hechicerías o conjuros,
para cortar las malas energías,
mal de ojo, malas lenguas, envidias, engaños...
y todo lo malo que nos hayan hecho
o que pretendan hacernos.
maleficios, hechicerías o conjuros,
para cortar las malas energías,
mal de ojo, malas lenguas, envidias, engaños...
y todo lo malo que nos hayan hecho
o que pretendan hacernos.
Te suplico, Santo Mío,
que no nos abandones en la hora del peligro.
Ayúdanos en todo momento
a conseguir la tranquilidad en el hogar,
toma interés por mi suplica
y no dejes que ninguno de nuestros enemigos
pueda causarnos ningún mal.
Te lo pido por Jesucristo,
Nuestro Señor,
y por su santísima Madre,
la Virgen María,
para que mediante tu intercesión
nos protejan de todo mal, maldad y peligro
nos protejan de todo mal, maldad y peligro
y así se nos muestre despejado
el camino hacia la salvación.
Amén. +
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
Repetir la oración y los rezos tres días seguidos.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
Repetir la oración y los rezos tres días seguidos.
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