SANTORAL

martes, 26 de noviembre de 2013

ORACION A SAN PEDRO PARA URGENTES PETICIONES



Oh venerado y bendito san Pedro,  
humilde pescador de Galilea,
guardián augusto de las llaves celestes,
amigo y protector de los hombres,
ven a nosotros y guía cada día los pasos que demos, 
vela por nosotros a cada momento, 
protégenos de todo lo malo que nos rodea, 
cuídanos para que estemos siempre seguros y amparados 
y no tengamos temor ante las dificultades de la vida.

Príncipe de los Apóstoles y de la Iglesia Católica:
por aquella obediencia con que a la primera llamada
dejaste cuanto tenías en el mundo para seguir a Cristo, 
concédenos tu auxilio y protección. 

 
Por aquella fe con que creíste
y confesaste por Hijo de Dios a tu Maestro;
por aquella humildad con que,
viéndole a tus pies, rehusaste que te los lavase;
por aquellas lágrimas
con que amargamente lloraste tus negaciones;
por aquella vigilancia con que cuidaste,
como pastor universal,
del rebaño que se te había encomendado;
finalmente, por aquella imponderable fortaleza
con que diste por tu Redentor la vida
siendo crucificado boca abajo,
te suplico de todo corazón, con todas mis fuerzas, 
san Pedro, Apóstol bendito y glorioso,
me socorras ahora que paso por mucha necesidad
e intercedas por mí ante nuestro Señor
para que me conceda su pronta ayuda
en esta situación que hoy tanto me agobia y preocupa:

(pide con inmensa fe lo que quieres obtener 
mediante la asistencia de san Pedro)

Oh Pedro Santo, consuelo de los afligidos,
dulce alivio de los que pasan por necesidad, 
auxilio de los que están desesperados, 
noble amparo de los abandonados y los débiles,
defensa de los oprimidos y de los que sufren injusticias,
salud de los enfermos y de los que tienen dolor;
en ti dejo mis urgentes problemas
haz que experimente los efectos 
de tu muy poderoso patrocinio
y pide por mí al Supremo Dispensador
de todos los bienes. 

¡Oh venerado y santísimo San Pedro!,
atiende mi urgente súplica, espero en ti, 
haz que en mi corazón haya caridad y amor, 
para que encuentre despejado el camino a la salvación; 
alcánzame, santo mío, que imite tus virtudes
con la victoria de todas mis pasiones;
y otórgame especialmente el don del arrepentimiento,
para que, purificado de toda culpa,
goce de tu amable compañía en la Gloria. 

Por Jesucristo, nuestro hermano Maestro y Salvador. 
Amén. + 

Reza tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias. 
La oración, junto a los rezos, se hacen tres días seguidos. 

Acude confiadamente a san Pedro, pues por los especiales privilegios que tiene en los Cielos, por ser el guardián de los hombres y dar siempre su amparo, este santo no deja a nadie sin ayuda, sobre todo cuando se necesita ser auxiliado en las necesidades y adversidades con urgencia y se le invoca para que acuda a nuestras vidas para salir de los peligros, males y aflicciones que a diario se nos presentan y que nosotros no podemos resolver por nuestros medios como nos gustaría hacerlo.  

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