Oh bendita y milagrosa Virgen de Guadalupe,
que en tus celestiales apariciones nos diste esperanza,
nos diste las pautas para llenar nuestras vidas de amor y paz,
nos diste las pautas para llenar nuestras vidas de amor y paz,
y dijiste que recibiríamos tu compasión y ayuda
todos los que en nuestras aflicciones a ti acudiéramos
todos los que en nuestras aflicciones a ti acudiéramos
solicitando tu auxilio, pidiendo tu protección y amparo,
ofreciéndonos a todos escuchar nuestras necesidades,
enjugar nuestras lágrimas y darnos consuelo y alivio.
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Oh bendita Señora de misericordia, dulce Madre Celestial,
en estas horas en que nos sentimos llenos de amargura
te presentamos nuestros infortunios y problemas,
sabiendo que Tú eres nuestra Madre compasiva
y jamás has abandonado a ninguno de tus hijos.
Oh bendita Señora de misericordia, dulce Madre Celestial,
en estas horas en que nos sentimos llenos de amargura
te presentamos nuestros infortunios y problemas,
sabiendo que Tú eres nuestra Madre compasiva
y jamás has abandonado a ninguno de tus hijos.
Tú siempre has acudido a los que te amamos,
a los que en nuestros infortunios te hemos llamado
y de todo corazón hemos implorado tu mediación ante tu Hijo;
Tú, amorosa intercesora, nunca nos has fallado ni olvidado
por ello una y otra vez en nuestras penas
hemos reclamado tu ayuda o pedido tu socorro
sabiendo que tu poder en los Cielos es grande
y que deseas que recibamos lo mejor para salir adelante.
Con esta confianza y con toda la esperanza,
acudimos a Ti, Señora de los Cielos y tierra,
siempre Virgen María, Madre del Dios verdadero,
y aunque pesarosos bajo el peso de nuestros pecados,
venimos a postrarnos en tu presencia soberana,
seguros de que con tu comprensión te has de dignar
y aunque pesarosos bajo el peso de nuestros pecados,
venimos a postrarnos en tu presencia soberana,
seguros de que con tu comprensión te has de dignar
cumplir misericordiosa las promesas que nos hiciste.
Oh Emperatriz de los Cielos y de la tierra,
por lo mucho que te importamos, por lo que nos amas,
te suplicamos humildemente y con todo nuestro ser
nos concedas solución a la presente dificultad
que en este momento tanto nos aflige, nos llena de amargura
y por nosotros mismos no podemos resolver:
(decir el problema y hacer con mucha fe la petición).
Madre, en tus manos depositamos nuestras necesidades,
sabes que son muchas y que nos impiden ser felices,
por ello te pedimos no nos dejes solos,
no permitas que nuestros sufrimientos se alarguen más,
pues pruebas nos has dado en infinidad de ocasiones
que estando bajo tu cuidado y amparo, bajo tu Manto,
no hemos de temer nada, no hemos de recibir nada malo,
ni enfermedad, ni peligro, ni accidente, ni dolor alguno,
Oh Emperatriz de los Cielos y de la tierra,
por lo mucho que te importamos, por lo que nos amas,
te suplicamos humildemente y con todo nuestro ser
nos concedas solución a la presente dificultad
que en este momento tanto nos aflige, nos llena de amargura
y por nosotros mismos no podemos resolver:
(decir el problema y hacer con mucha fe la petición).
Madre, en tus manos depositamos nuestras necesidades,
sabes que son muchas y que nos impiden ser felices,
por ello te pedimos no nos dejes solos,
no permitas que nuestros sufrimientos se alarguen más,
pues pruebas nos has dado en infinidad de ocasiones
que estando bajo tu cuidado y amparo, bajo tu Manto,
no hemos de temer nada, no hemos de recibir nada malo,
ni enfermedad, ni peligro, ni accidente, ni dolor alguno,
y que con tu protección estaremos alejados de todo mal,
de injusticias, daños y enemigos,
bajo tu mirada de Madre, las dificultades se remedian
y los obstáculos de los caminos se allanan,
los problemas y necesidades se remedian.
Virgen Purísima, por siempre te estaremos agradecidos,
con amor te rezaremos, te veneraremos y alabaremos
y llevaremos tu nombre a quien lo precise.
Oh Madre del Amor Hermoso, Tú que en admirable imagen
de injusticias, daños y enemigos,
bajo tu mirada de Madre, las dificultades se remedian
y los obstáculos de los caminos se allanan,
los problemas y necesidades se remedian.
Virgen Purísima, por siempre te estaremos agradecidos,
con amor te rezaremos, te veneraremos y alabaremos
y llevaremos tu nombre a quien lo precise.
Oh Madre del Amor Hermoso, Tú que en admirable imagen
has querido quedarte con nosotros y mostrarnos tu bondad,
Tú que eres nuestra Madre, nuestro refugio seguro,
nos das salud y vida, indulgencia y comprensión
y nos libras de peligros, enfermedades, carencias e infortunios,
resuelve favorablemente nuestros problemas;
Tú que a diario haces miles de milagros en nuestro favor,
nos das salud y vida, indulgencia y comprensión
y nos libras de peligros, enfermedades, carencias e infortunios,
resuelve favorablemente nuestros problemas;
Tú que a diario haces miles de milagros en nuestro favor,
no deseches, ¡oh, Santa Madre de Dios!
las súplicas que te hemos presentado, antes bien,
vuelve a nosotros tus ojos y míranos con afecto,
las súplicas que te hemos presentado, antes bien,
vuelve a nosotros tus ojos y míranos con afecto,
inclina a ellas tus oídos compasivos y óyenos favorablemente,
¡ruega Virgen bella de Guadalupe por nosotros!
a tu Inmaculado Corazón encomendamos nuestras vidas,
danos tus bendiciones, trátanos con compasión
y no te alejes jamás, jamás, de nosotros.
Amén. +
¡ruega Virgen bella de Guadalupe por nosotros!
a tu Inmaculado Corazón encomendamos nuestras vidas,
danos tus bendiciones, trátanos con compasión
y no te alejes jamás, jamás, de nosotros.
Amén. +
Reza con devoción la Salve y tres Avemarías.
Haz la oración y los rezos indicados tres días seguidos.
Recuerda que la Santísima Señora de Guadalupe, es aclamada mundialmente por los muchos favores y beneficios que concede, Ella es nuestra Abogada ante Dios y nos procura lo que precisamos para que se acaben los problemas que nos llenan de preocupación. Acude sin dudar ante Ella y pídele que con su caridad ardiente te conceda lo que pides y que no deje de enviarte sus luminosos rayos
y te de fuerza, ánimo y claridad para que tu vida este llena de cosas buenas y felicidad.
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